Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100061
Legislatura: 1882-1883
Sesión: 31 de marzo de 1883
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 72, 1328-1329
Tema: Haciéndose cargo de la declaración hecha por el Sr. Beranger, de quedar a honesta distancia de este partido por temor de más, y del Gobierno por temor de menos, y contestando a la pregunta de dicho Sr. Senador sobre la presentación de proyectos en sentido liberal en el debate sobre izquierda dinástica.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Duque de Tetuán): La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Me levanto, Sres. Senadores, a dar con mucho gusto contestación a la pregunta que se ha servido dirigirme el Sr. Beranger.

Como la Cámara habrá observado, el Sr. Beranger, al querer dirigir una pregunta, ha realizado verdaderamente un acto; un acto de importancia, no sólo por ser de S. S., sino porque puede ser, y yo espero que lo sea, y que lo sea pronto, precursor de actos semejantes de otros hombres políticos, que impulsados como el Sr. Beranger por el más acendrado patriotismo, se convenzan al fin de que no es con cambios constitucionales de todo punto innecesarios, y que por consiguiente no demanda el país, ni con discusiones por todo extremo estériles, como han de conquistar el objetivo que les guía, con buena fe sin duda, pero en mi opinión, me parece que con poca reflexión.

Yo felicito, pues, a mi distinguido amigo Sr. Beranger por el acto que acaba de realizar, que no se trata, Sres. Senadores, de una evolución política más o menos justificada de parte de S. S. y de parte de los amigos que le sigan, sino que se trata de la manifestación sincera, franca y leal de conducta por medio de la cual S. S. ha perseguido el triunfo definitivo de la libertad en todas las esferas de la gobernación del Estado; pero por aquellos procedimientos prudentes que dan éxito seguro, porque como S. S. ha dicho muy bien, el país está ávido de libertades, pero más ávido que de libertades, está de paz y de reposo.

Pues bien; S. S. se ha separado de la izquierda, en la cual en realidad no ha estado S. S. completamente de lleno por las decisiones que acaba de oír el Senado, toda vez que siempre le repugnó la nueva bandera de la Constitución de 1869, no porque S. S. no tenga afición a esa bandera puesto que en ella están [1328] consignados los principios políticos cuyo triunfo persigue S. S. con afán y con entusiasmo, sino porque es una Constitución hecha en circunstancias muy distintas, y porque no es conveniente que una Constitución hecha en tiempos no muy bonancibles pueda servir para tiempos perfectamente normales; pero al fin y al cabo, S. S. de buena fe estuvo algún tiempo, aunque no de lleno, repito, en la izquierda, de la cual se separa S. S., y al separarse no se viene del todo al Gobierno. Su señoría dice: ?yo me separo de la izquierda por temor a más; pero no me atrevo a llegarme al Gobierno, no me atrevo a llegar al lado del Gobierno por temor a menos.?

Pues bien; yo espero, y espero confiadamente, que esa distancia a que S. S. se aleja del Gobierno ha de desaparecer pronto, resuelto como está el Gobierno a realizar (y con esto contesto de una manera concreta a la pregunta con que ha terminado su elocuente discurso el Sr. Beranger); resuelto como está el Gobierno, repito, a cumplir todos, absolutamente todos sus compromisos, a realizar todas las reformas que en la oposición prometió, para dentro de la Constitución vigente, que, como S. S. ha declarado, no es obstáculo para el desenvolvimiento de ninguna libertad ni para el ordenado y regular ejercicio de todos los derechos políticos que la Constitución de 1869 desenvuelve; y como ese es el deseo de S. S., y como es el deseo del partido que el Ministerio tiene la honra de representar en el poder, yo espero que la distancia que separa al Sr. Beranger del Gobierno desaparecerá muy pronto.

Yo me alegraré de eso, porque considero en mucho los merecimientos y el valer de S. S., y réstame, para concluir, dar al Sr. Beranger las más expresivas gracias por las frases lisonjeras que se ha servido dedicarme, y sobre todo por la confianza que abriga de que yo he de conducirme como bueno en el cumplimiento de la altísima misión que me está encomendada; únicamente puedo corresponder a S. S. asegurándole en cambio, y como reciprocidad, que yo he de hacer cuanto de mí dependa, no sólo para que esa esperanza con que me honra tanto, esa confianza con la cual me distingue, no quede defraudada, sino para que cada día más se arraigue en su ánimo, como en el ánimo de todos, el deseo de que triunfe la libertad, sin aventuras que la pongan en peligro, sin perturbaciones que la quebranten y sin distingos que la deshonren. (Muy bien, muy bien.) [1329]



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